La Zona Arqueológica de Tulum es visita obligada para todo aquel que viaja al sureste de México. Es la única ciudad maya construida a la orilla del mar y presenta un excelente estado de conservación, a pesar de que data aproximadamente del año 1200 d.C. Aunque no fue una urbe muy grande, jugó un papel preponderante en el comercio marítimo y terrestre de la zona entre los siglos XIII y XVI, siendo en el Posclásico tardío cuando se construyeron sus edificios principales. También funcionó como observatorio astronómico y sistema defensivo. Aquí podrás apreciar las mejores vistas que una zona arqueológica puede tener: las aguas turquesas del mar Caribe.
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Abierta de lunes a domingo de 08:00 a 17:00, la entrada cuesta $85 pesos mexicanos y para poder hacer uso de cámara profesional, GoPro, cámara de video, etc. hay que pagar un extra de $50 pesos. La zona arqueológica se puede recorrer caminando en una hora y media, para llegar a la entrada del complejo puedes caminar unos 700 metros o tomar un trencito, el boleto cuesta $50 pesos. Nosotros lo hicimos en bici, las puedes rentar a la entrada y de esta manera no solo ahorrarás tiempo para ir y volver de las ruinas, sino que también podrás andar en bici por todo el litoral hasta llegar a Playa Paraíso, a unos 900 metros por la carretera y otros 200 metros por la arena.
Volviendo a la Zona Arqueológica, la poderosa ciudad amurallada era una fortaleza. En la cultura maya, se le daba una importancia a la planeación de la ciudad según la cosmología, y es así que la construcción de la ciudad de Tulum se basó en el concepto de las “cuatro esquinas” que hace referencia a los puntos cardinales y que a su vez surge del antiguo patrón cósmico de cinco puntos. La ciudad como cuadrilátero, representaba un mundo ordenado, racional, hecho para dioses y hombres por igual. En cada esquina o entrada se instalaron balames protectores o guardianes del pueblo.
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Su fachada muestra tres accesos ornamentados con deidades, columnas de serpientes y mascarones zoomorfos. También es importante visitar el Templo del Dios Descendente, donde destaca la escultura de la deidad y el Templo de los Frescos para apreciar sus pinturas internas. Aún es posible admirar más de 60 estructuras muy bien conservadas dentro del sitio, rodeadas por tres muros perimetrales de 5 metros de espesor. Se conservan bien sus decoraciones, entre las que podrás ver nichos en los dinteles de las puertas y murales que representan la antigua cosmogonía maya.
El sitio está dominado por El Castillo, el edificio más alto y reconocido. Está construido frente al mar, siendo probablemente una de las construcciones más antiguas de la ciudad. Tiene elementos que hacen referencia al Sol y a Venus, además de que se asienta sobre un acantilado que cumplía con la función de faro a los navegantes mayas para evitar que se estrellaran contra el arrecife de coral que hay cercano a la costa, donde atracaban en Playa Tortuga, entre El Castillo y el Templo del Viento, que actualmente es un área cerrada al público ya que se transformó en una zona de anidación para la tortuga blanca y la caguama. En la parte inferior del Castillo hay una cueva que representa el inframundo y delante de cada edificio hay paneles de información en español e inglés.
Hay algunas otras estructuras como la Casa de Chultún, la Casa de Halach Uinic o Gran Señor con algunas esculturas y pinturas, y la Casa del Cenote con un sacbé que conduce a un cenote. Se ubica dentro del Parque Nacional Tulum a casi dos horas de Cancún y a menos de una hora de Playa del Carmen.
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