KHAN EL KALILI. EL GRAN BAZAR QUE NUNCA DUERME.

El gran zoco de Khan El Khalili o Jan el-Jalili خان الخليلي, un lugar multicolor con aroma de especias inolvidables, lámparas de metal talladas con motivos árabes, telas y escarabajos para el buen augurio, constituye el mercado – bazar más importante y famoso de Egipto y la principal área comercial de El Cairo, fundado en el siglo XIV alrededor de varias fondas en las que pernoctaban las caravanas.

Su origen data del año 1382 en las ruinas de un antiguo cementerio fatimí, sitio de la Tumba de Za’afran, bajo el mando del Sultán Barquq (1382-1399) para ayudar a la ciudad a recuperarse del daño de la Peste Negra durante los siglos XIII y XIV, cuando el sultán mameluco Djaharks el-Jalili decidió construir un lugar de descanso para los comerciantes.

En su momento, antes de ser una zona con más tiendas de souvernis y artesanía que turistas era un «caravasar«, un antiguo tipo de edificación donde los comerciantes viajeros podían pernoctar, descansar, reponer a los animales y custodiar sus mercancías, todo ello con abastecimiento de comida, ropa y utensilios varios con encantos medievales, especialmente en su arquitectura. Este caravasar aún existe, lo encuentras entre la angosta calle de Sikka Jan el-Jalili y Badestan.

Una buena opción es llegar sobre las 19:00 para recorrer el mercado sin prisa y cenar en alguno de los restaurantes callejeros. La estación de metro más cerca es Bab El-Shaariya de la línea 3 (verde). Lo más cómodo es entrar al mercado desde la Mezquita de Hussein y ya ahí dejar que tu olfato te vaya guiando.

¿QUÉ HACER?

En todo este barrio puedes visitar el callejón Midaq, lugar donde se filmó la película basada en la novela «El callejón de los milagros« (no la versión mexicana) de Naguib Mahfuz, Premio Nobel de literatura en 1988. Se ubica comenzando desde la calle Al-Muizz, luego buscas la calle Sanadiqiyah, ahí entras en el primer pasaje a la izquierda para entrar en el famoso callejón Midaq.

Se dice que hay más de 900 puestos y en la mayoría de ellos hablan castellano y hasta chino, para llamar la atención del visitante y regatear el precio. La ciudad tiene tantos cafés como Viena, el «elixir negro de los hombres blancos» provino desde Etiopía en el siglo XV y arrasó como tormenta en el desierto. El «ahwa» (café) puede tomarse como ahwa sada, fuerte y muy negro; ahwa ariha, ligeramente azucarado; ahwa mazboot, más dulce, pero sin pasarse; ahwa ziyada, casi jarabe y nuestro favorito, el ahwa turki, café turco. No obstante, para quien no consuma café, puede degustar el «sahlab» o «salep», una pócima compuesta de leche caliente con una mezcla de cacahuetes, canela y coco. Si eres más de tecito te recomendamos el «shai nana«, té con hierbabuena.

Café Fishawy

Uno de los establecimientos cafeteros más conocidos en esta zona es el Fishawy مقهى الفيشاوي, también conocido como «el café de los espejos» un local que alardea por haberse mantenido abierto las 24 horas desde su inauguración en 1769. Desde su apertura, ha acogido a turistas y personalidades locales como el Premio Nobel de Literatura, Naguib Mahfuz, el autor de la novela «El callejón de los milagros» que comentamos anteriormente.

No obstante recuerda que estas en El Cairo, en esta ciudad es difícil encontrar un lugar donde estar tranquilo. La persistencia de los vendedores ambulantes que no paran de ofrecerte las mismas baratijas constantemente e insistiendo por un «baksheesh» (regalo, propina o limosna), lo cual perturba esa tranquila degustación de «karkaday» (infusión hecha con flores secas de hibisco o agua de jamaica), (shai) y «narguile» (shisha) jugando a la «tawla» (backgammon) que venías buscando.

Complejo Al-Ghouri

Cuando caiga la noche puedes visitar el complejo de Al-Ghouri, construido por el sultán mameluco Qansuh Al-Ghouri que reinó desde 1501 a 1516. El sultán gastó una fortuna en construir su palacio en El Cairo a ambos lados de la calle Al-Mo’ez: la mezquita y madraza se erigen sobre el lado oeste, mientras que encontrará el khanqah, el mausoleo y Sabil-Kuttab sobre el lado este de la famosa calle.

Las dos partes del complejo no se alinean con la calle, de manera que el claustro tiene una forma libre entre los dos edificios. El minarete de la mezquita tiene cuatro pisos, igual que el minarete original de la Mezquita de Aqsunqur (la Mezquita Azul). Estos son los únicos dos minaretes de El Cairo que tienen cuatro pisos, en lugar de tres.

Desde 1995, el Wikala Al-Ghouri es anfitrión de diversos eventos culturales en el Hall Khanqah, principalmente conciertos musicales de Nubia, espectáculos de danza de Tannoura y recitales religiosos los lunes, miércoles y sábados de 19:30 a 21:00 con un valor de 30 libras egipcias, equivalente a unos 2 dólares.

Danza Tannoura

El «Tannoura» التنورة, es un estilo de baile donde el bailador sufí islámico o «derviche giratorio» o «Mevleví», como también se le conoce, usa una falda colorida mientras realiza una danza con un profundo significado místico y espiritual, donde la mano derecha se coloca con la palma hacia arriba (hacia el infinito) y la izquierda con la palma hacia abajo (hacia la tierra). Al comenzar la danza, los derviches visten de negro y poco a poco se van despojando de estas capas hasta que aparecen los ropajes blancos.

El objetivo de que sea giratorio se relaciona con la meditación y recibe el nombre de «Sema», concepto que fue inscrito en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. El espectáculo turístico dura menos de una hora, pero estos bailarines puden estar girando durante horas al ritmo de la música a medida que aumenta la velocidad e intensidad del giro.

El sufismo se caracteriza por su ascetismo, especialmente por su apego al «dhikr», la práctica de recordar a Dios, que a menudo se realiza después de las oraciones.

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