EL CAIRO. LA MADRE DE TODAS LAS CIUDADES.

El Cairo, «la ciudad de los mil minaretes», como la definen los cairotas y nombrada en la célebre «Las mil y una noches» como «aquel que no ha visto El Cairo, no ha visto el mundo», es la puerta de Occidente en Oriente, actual capital de Egipto, en el norte de África, fundada en lo que hoy en día se conoce como Viejo Cairo, cuando los romanos reconstruyeron una antigua fortaleza persa junto al río Nilo a principios del siglo II. Posteriormente. después de la llegada del islam con la conquista musulmana a mediados del siglo VII, Egipto dejó de ser parte del imperio bizantino.

La urbe debe su nombre actual a los fatimíes, el cuarto califato islámico y el único chií de toda la historia, quienes bautizaron la ciudad con el nombre de Al-Qahira (La Triunfante). Tras diversas invasiones como la de los mamelucos, otomanos (esclavos guerreros), Napoleón y los británicos, El Cairo se convirtió en capital soberana en 1952.

Siendo el centro de la economía egipcia, las dos terceras partes del producto nacional bruto del país se genera en el área metropolitana. La mayor parte del comercio se origina aquí, incluyendo editoriales, medios de comunicación y los estudios cinematográficos. La industrialización, que comenzó en el siglo XIX, creció rápidamente después de la revolución de 1952 y giró principalmente en torno a los textiles y procesamiento de alimentos.

Hoy día, El Cairo es una metrópolis castigada por la inestabilidad política de la región, con una industria turística que desapareció casi por completo después de llegar a recibir unos 14 millones de turistas anuales en 2010, producto de la revolución egipcia de 2011 que estalló con la famosa «Primavera Árabe», a la cual le siguió el Golpe de Estado entre 2013 y 2014 encabezado por Al Sisi y más recientemente la crisis del coronavirus en 2020, lo que conformaría una década de azotes económicos que causó un descenso de casi el 90% del turismo nacional en su periodo más crítico.

Tras la Primavera Árabe, la Administración se propuso recuperar ese volumen de turistas a través de los planes de desarrollo de la Costa Norte, la construcción y modernización de aeropuertos y el incremento de las plazas hoteleras y, de hecho, en el ejercicio 2014/2015 el sector notó la mejoría, pero la amenaza yihadista y la inestabilidad en la región volvió a lastrar al sector que en 2020 terminó de sucumbir producto de la pandemia.

Actualmente, es considerada la mayor urbe del mundo árabe y la más poblada de todo el continente africano, pues supera (junto con su zona metropolitana) los 20 millones de habitantes, en una superficie de poco más de 500 kilómetros cuadrados, lo cual arroja una densidad poblacional de 38.596 hab/km² aproximadamente.

Para tener una idea de lo que esto significa, dicha cifra sobrepasa tres veces la población de la ciudad de Madrid, capital de España y centro geográfico de la Península Ibérica, que a fecha de 2020 tenía casi 6.7 millones de habitantes en una superficie de 600 kilómetros cuadrados.

Esto conlleva a que dicha metrópolis sea considerada una de las capitales más contaminada del mundo, donde la posibilidad de sumergirse en su bullicioso caos con leyes de tránsito y semáforos inexistentes constituye otro de los grandes atractivos para el turista, además de sus pirámides museos y ruinas obviamente, pues al final a eso vienes ¿no?.

LUGARES TURÍSTICOS

El Viejo Cairo

Entre sus principales lugares turísticos están El Viejo Cairo o Masr al-Qadima, fundado a principios del siglo II como el recinto real de los califas fatimíes y actualmente ubicado al sur de la parte moderna, un área cargada de historia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1979. La entrada al barrio antiguo se realiza cruzando la muralla que muy probablemente era la que pertenecía a la fortaleza romana babilónica.

El distrito se encuentra rodeado por 29 mezquitas y 20 iglesias coptas, en un viejo barrio donde habitan 113 mil musulmanes, 10 mil coptos y aproximadamente unas 42 familias judías, fieles de tres religiones que conviven en unión y armonía.

Ciudadela de Saladino

Algunas de estos monumentos son la Ciudadela de Saladino, que debe su nombre a dicho sultán de Egipto y Siria, considerado como uno de los grandes gobernantes del mundo islámico. Fue una fortificación islámica medieval, construida entre los años 1176 y 1183 como sistema de protección contra las cruzadas europeas, ubicada en la colina de Mokattam, en un punto elevado al sureste del corazón de El Cairo, desde donde podrás disfrutar de unas increíbles vistas de «la ciudad de los mil minaretes».

El Palacio abre todos lo días de 08:00 a 16:00 horas en invierno y hasta las 17:00 en verano. El ticket de entrada tiene un valor de 50 Libras Egipcias aproximadamente.

Mezquita de Alabastro

Dentro de la propia Ciudadela de Saladino encontrarás también la Mezquita de Muhammad Alí o de Alabastro, de estilo islámico, construida por el reconocido arquitecto turco Yusif Bushnak, quien se inspiró en la Mezquita Azul o Mezquita Yuni de Estambul para erigir el monumento entre los años 1830 y 1848 en memoria del difunto Tusun Pasha, hijo del gobernador otomano Muhammad Alí, quien cayó en combate en 1816. Fue residencia de los soberanos de Egipto durante más de 700 años y hoy en día es un recinto amurallado con museos, mezquitas y miradores en su interior. 

Considerada la «aljama» más antigua de la ciudad y la de mayor en extensión en El Cairo, la Mezquita de Ahmad Ibn Tulun es otro de los grandes atractivos de esta zona, la cual data del siglo IX y tiene una gran influencia oriental por la abundancia de arcos y cúpulas. Debido a su gran tamaño, constituye un oasis de tranquilidad en el corazón de esta bulliciosa ciudad.

Mezquita de Ahmad Ibn Tulun

Llama la atención también su singular minarete helicoidal (con forma de hélice) que sigue el modelo y diseño del Alminar de Samarra, uno de los edificios más característicos del periodo mesopotámico con una técnica de cerámica y alfarería avanzada pintada en mate, marrón rojizo o negro, proveniente de la ciudad que lleva el mismo nombre en Irak.

Construido a finales del siglo XIII, el minarete cuenta con una escalera en su interior ideal para contemplar la ciudad desde su altura, pero de seguro te será más conocido por la escena de la décima entrega de la saga de James Bond: «La espía que me amó», de 1977 protagonizada por Roger Moore. Pero si tu memoria no es tan intrépida como la del agente 007 te dejamos el video con dicha secuencia a continuación:

Cuando caiga la noche puedes visitar el complejo de Al-Ghouri, construido por el sultán mameluco Qansuh Al-Ghouri que reinó desde 1501 a 1516. Desde 1995, el Wikala Al-Ghouri es anfitrión de diversos eventos culturales en el Hall Khanqah, principalmente conciertos musicales de Nubia, espectáculos de danza de Tannoura y recitales religiosos los lunes, miércoles y sábados de 19:30 a 21:00 con un valor de 30 libras egipcias, equivalente a unos 2 dólares.

Danza Tannoura

El «Tannoura» التنورة, es un estilo de baile donde el bailador sufí islámico o «derviche giratorio» o «Mevleví», como también se le conoce, usa una falda colorida mientras realiza una danza con un profundo significado místico y espiritual, donde la mano derecha se coloca con la palma hacia arriba (hacia el infinito) y la izquierda con la palma hacia abajo (hacia la tierra). Al comenzar la danza, los derviches visten de negro y poco a poco se van despojando de estas capas hasta que aparecen los ropajes blancos.

El espectáculo turístico dura lo necesario para la atracción del incrédulo turista, pero estos bailarines pueden estar girando durante horas al ritmo de la música a medida que aumenta la velocidad e intensidad del giro.

Iglesia y Monasterio de San Jorge o Deir al-Banat

Este barrio copto o cristiano posee calles laberínticas con cruces de iglesias blancas que evocan las islas griegas, concentradas en toda una manzana que se compone por las calles El-Imam Malik, Kasr Al Shama’e y Mari Gerges, en la estación de metro Mar Girgis مار جرجس de la línea 1. Algunas de ellas son la Iglesia y Monasterio de San Jorge o Deir al-Banat, un complejo cristiano de la iglesia ortodoxa griega del siglo X construido sobre una torre romana dedicado a San Jorge y residencia del Patriarca de Alejandría.

Sinagoga Ben Ezra

Otro de los monasterios que podrás encontrar en esta zona es la Sinagoga Ben Ezra, que ha tenido varios nombres con el paso del tiempo, como «El-Geniza» o de los palestinos; «Sinagoga Isrelita» o «Casa de Reunión de los Israelitas» y «Sinagoga del Profeta Elías». En un depósito de este templo fueron encontrados más de cien mil fragmentos de textos bíblicos y litúrgicos; libros; cartas y documentos, escritos en hebreo, arameo, árabe, persa e yiddish, entre ellos una copia del Documento de Damasco, un manifiesto histórico, doctrinal y normativo de una comunidad judía disidente que relata una serie de normas, juramentos, votos y códigos penales.

Podrás visitar también la Iglesia de los santos y soldados romanos Sergio y Baco (Abu Serga), un remanso de paz dentro del bullicio de la ciudad y una de las congregaciones de arquitectura copta más antigua de Egipto, construida en el siglo V donde la tradición asegura que vivió la Sagrada Familia tras huir de la furia de Herodes. Actualmente pertenece a la Iglesia Cristiana Copta, creada en el año 50 D.C., cuando el apóstol San Marcos viajó a Egipto.

Iglesia Colgante

Justo al lado de la Iglesia de los santos y soldados romanos Sergio y Baco (Abu Serga) se encuentra la Iglesia Colgante (Al-Moallaqa), también conocida como la Basílica de Santa María, la más antigua de la ciudad, una maravilla que fusiona el arte islámico con el cristiano. El término «colgante» se refiere a su posición en lo alto de una de las murallas romanas y para entrar en ella hay que subir 29 escalones. Desde el siglo VII hasta el siglo XIII, la iglesia sirvió como residencia del patriarca copto Al-Moallaqa y ha sido testigo de importantes elecciones y ceremonias religiosas. La misa copta que se realiza los miércoles entre 08:00 y 11:00 y los domingos de 09:00 a 11:00 es un auténtico viaje al pasado.

Toda la zona contiene también emblemáticos lugares turísticos como la Calle Al-Muizz, con cerca de un kilómetro de longitud que reúne numerosos tesoros arquitectónicos medievales y el gran zoco de Khan El Khalili o Jan el-Jalili خان الخليلي,, el mercado más importante de Egipto y la principal área comercial de El Cairo; un lugar multicolor con aroma de especias inolvidable, lámparas de metal talladas con motivos árabes, telas y escarabajos para el buen augurio, fundado en el siglo XIV alrededor de varias fondas en las que pernoctaban las caravanas.

Gran Zoco de Khan El Khalili o Jan el-Jalili

El Cairo tiene tantos cafés como Viena, el «elixir negro de los hombres blancos» provino desde Etiopía en el siglo XV y arrasó como tormenta en el desierto sahariano. El «ahwa» (café) puede tomarse como ahwa sada, fuerte y muy negro; ahwa ariha, ligeramente azucarado; ahwa mazboot, más dulce, pero sin pasarse; ahwa ziyada, casi jarabe y nuestro favorito, el ahwa turki, café turco. No obstante, para quien no consuma café, puede degustar también el «sahlab» o «salep», una pócima compuesta de leche caliente con una mezcla de cacahuetes, canela y coco. Si eres más de tecito te recomendamos el «shai nana«, té con hierbabuena.

Uno de los establecimientos cafeteros más conocidos de la ciudad es el Fishawy مقهى الفيشاوي, o «el café de los espejos» en el gran zoco de Khan el Kalili, muy cerca de la Mezquita de Hussein. Es un local que alardea por permanecer abierto las 24 horas desde su inauguración en 1769. Este sitio ha acogido a turistas y personalidades locales como el Premio Nobel de Literatura, Naguib Mahfuz, quien ambientó en este café su novela «El callejón de los milagros».

Café Fishawy

No obstante, recuerda que estas en El Cairo, en esta ciudad es difícil encontrar un lugar donde estar tranquilo. La persistencia de los vendedores ambulantes que no paran de ofrecerte las mismas baratijas constantemente e insistiendo por un «baksheesh» (regalo, propina o limosna), logra perturbar esa tranquila degustación de «karkaday» (infusión hecha con flores secas de hibisco o agua de jamaica), (shai) y «narguile» (shisha) jugando a la «tawla» (backgammon) que venías buscando.

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