TEMPLO DE ANGKOR WAT. LA OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO.

Angkor (ciudad) Wat (templo), declarado Patrimonio de la Humanidad en 1992, con unos 200 kilómetros cuadrados de extensión, figura incluso en la bandera de Camboya. Es similar en tamaño al área metropolitana de Nueva York, donde la vida parece fluir sobre las viejas celdas encarnadas en sus gigantescas raíces. Fue la antigua capital jemer devorada por la jungla, set de rodaje del mítico filme «Tomb Raider», la mayor edificación religiosa del mundo, constituye también un homenaje al dios Vishnú, quien facilitó la victoria de los dioses al proporcionarles el elixir de la inmortalidad, en el mítico combate entre dioses (deva) y demonios (asura).

«Angkor Wat», famoso también por sus dos mil seductoras apsaras (ninfas divinas) talladas en sus paredes, cada una con un motivo único y con 37 estilos diferentes de peinado, en realidad es solo el apelativo del templo principal del complejo, pero que al ser el recinto más importante, es asociado a todo el gran circuito de templos. Su construcción demoró aproximadamente unos 40 años. Para tener una perspectiva de lo que esto significa, la construcción de la Catedral de Notre Dame en París, construida en la misma época, duró 182 años.

HISTORIA

La primera dinastía de Angkor fue fundada por Suryavarman II (802 A.C.- 850 A.C.) y sus inscripciones poseen los nombres de los 28 reyes que lo sucedieron durante el período de Angkor. Se creía que el rey tenía un papel divino y que debía construir un templo apropiado para consagrar la relación simbólica entre gobernante y divinidad. Cuando el rey moría, su sucesor iniciaba la construcción de un nuevo templo, que era más grande y grandioso que el construido por su predecesor.

El imperio Jemer logró mantenerse hasta 1432, cuando Angkor era la capital de dicha civilización y las fronteras llegaban hasta Myanmar o Birmania. Su ocaso llegaría durante las invasiones procedentes del Reino de Siam (actual Tailandia), a finales del sigo XVI, lo que provocó la caída y abandono del templo. Con el paso de los siglos, el complejo pasó desapercibido y olvidado, siendo la selva su único habitante, junto con monjes y peregrinos que seguían frecuentando los restos de Angkor Wat.

DESCUBRIMIENTO PARA OCCIDENTE

Emile Gsell 1886. Angkor.

En realidad el templo ha estado habitado y cuidado por monjes budistas desde el siglo XII, así que tal «reencuentro» podría ser algo parecido al «descubrimiento» de Colón. La primera visita documentada de un occidental a Angkor Wat acaeció en el año 1586, y fue realizada por el fraile capuchino portugués António da Madalena. Las impresiones del fraile fueron recogidas por el funcionario, comerciante e historiador portugués Diogo do Couto (1558 a 1588), quien las dejaría por escrito.

Existe constancia de una carta de 1668 en la que un fraile francés de nombre Chevreul menciona el lugar. El templo también recibió visitas de oriente: el mapa más antiguo de Angkor Wat está fechado entre 1623 y 1636, y es obra de un peregrino japonés de nombre Kenryo Shimano.

En 1857, el misionero francés Charles Emile Bouillevaux fue el primero en dejar constancia «moderna» de la visita de un occidental a Angkor Wat, al publicar en su libro «Viaje a Indochina 1848–1856, los Annam y Camboya«, una breve reseña sobre la visita realizada al templo en el año 1850.

Alexandre Henri Mouhot

Posteriormente en 1860, el botánico francés Alexandre Henri Mouhot «reencontró» (para occidente) la fortaleza y consiguió por fin atraer la atención popular hacia Angkor. Después de un viaje financiado por la «Royal Geographical Society y la Zoological Society of London» (pues las autoridades francesas nunca apoyaron sus viajes destinados a la investigación en ciencias naturales), se publicaron sus memorias (a modo póstumo) en París en 1868 con el nombre de «Voyage dans les royaumes de Siam, de Cambodge et de Laos» (Viaje a los reinos de Siam, Camboya y Laos). Los dibujos y la apasionada descripción del templo registrados en sus cuadernos de viajes, se convirtieron en una sensación por su descripción de Angkor, a la que llegó desde el sur en enero de 1860 (capítulos 18, 19, 20). Justo un año después de la muerte de Henri Mouhot en Laos en 1861, Charles Mouhot (su hermano menor) completó la traducción al inglés del cuaderno de viaje de su hermano, basado en las notas personales de Henri y sus cartas a Charles, así como a la esposa de Henri, Anne (Annette) Mouhot nee Park.

Dibujo de Henri Mouhot

Si bien no fue el primer occidental en acceder al santuario angkoriano, su relación fue tan vívida, detallada y bien escrita, que le dio (póstumamente) la reputación de ser el primer «redescubridor de Angkor». Gracias a estas publicaciones, comenzaron los estudios y restauración de este Parque Arqueológico fantasmagórico.

En 1953, Camboya se convirtió en un estado independiente y las actividades de conservación iniciadas por los arqueólogos y arquitectos franceses terminaron abruptamente en 1974 debido al estallido de la guerra civil y el establecimiento del régimen Jemer Rojo.

RECONSTRUCCIÓN

Después de los Acuerdos de Paz de París y de las primeras elecciones generales libres, comenzó una campaña internacional para la conservación y desarrollo de Angkor. En 1898, se fundó la «École Française d’Extrême-Orient« o «Escuela Francesa de Oriente», con el propósito de estudiar el patrimonio artístico de la Indochina bajo dominio francés. En 1907, Siam (actual Tailandia) cedió varios territorios a Camboya, entre los que se encuentra la zona de Angkor. A raíz de este hecho, la conservación de los monumentos pasó a ser responsabilidad de esta institución, que tan solo un año después inició las labores de conservación.

Jean Commaille

La tarea se encomendó a un militar y administrativo francés llamado Jean Commaille, quien entre 1908 y 1910 decidió concentrar los esfuerzos en Angkor Wat. Tras el asesinato de Commaille a manos de unos bandidos cuando portaba el pago a los trabajadores en 1916, le sucedió en el puesto el arquitecto Henri Marchal, quien llevó a Angkor el método de la anastilosis (técnica de reconstrucción que emplea el ajuste de diferentes elementos reubicando las piezas originales derruidas), aprendido de los holandeses durante un viaje a Java (isla más poblada de Indonesia) en los años 30. Marchal, fue sucedido por Maurice Glaize (arquitecto y arqueólogo francés) en 1937 y por otros más tarde, hasta que los trabajos de restauración fueron interrumpidos en los años 70 por la guerra civil camboyana y la devastadora revolución de los Jemeres Rojos, dirigidos por Pol Pot o Saloth Sar, quien llegó a ocupar Angkor.

En 1993, un año después de la declaración de Angkor como Patrimonio de la Humanidad, y a raíz de una conferencia intergubernamental en Tokio, se estableció un Comité de Coordinación Internacional para restaurar y preservar el patrimonio del santuario, presidido por japoneses y franceses. Paralelamente, el gobierno camboyano creó la APSARA (Autoridad para la Gestión y Protección de Angkor y la región de Siem Reap) con el objetivo de obtener el estatus permanente de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO; un estatus que se consiguió en el año 1995.

DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA

Los bajorrelieves son espacios de una enorme riqueza decorativa vinculados a Yama, dios de la muerte y de la justicia, y narran ese combate y otros episodios del Mahabharata – del sánscrito «maha» (gran) y «bhārata» (humanidad) -, un extenso texto épico mitológico de la India (más extenso que la Biblia o las obras completas de Shakespeare), conocido como la epopeya más antigua del mundo, con poemas del cielo y del infierno.

En él, se destacan navegantes en busca del elixir de la inmortalidad, batallas y desfiles militares con elefantes enjaezados para el combate, por la potencia que ejercen sobre los ejércitos y por encarnar a las nubes monzónicas repletas de lluvia, así como cientos de apsaras, ninfas de gran belleza y elegancia que deleitaban a los deva y en cuyas gráciles posturas se basa la danza camboyana, una de las más bellas del mundo. Lo que sería una pasarela de Victoria Secret hoy en día, siendo más terrenales.

Los jemeres construyeron un canal de 22 kilómetros para facilitar el transporte de los grandes bloques de piedra empleados, algunos de hasta 4 toneladas, extraídos del Monte Kulen, a 40 kilómetros de distancia. Miles de elefantes y cientos de miles de hombres trabajaron en esta colosal obra que se encuentra rodeada por un gran foso de agua de 190 metros de ancho y 3,6 kilómetros de perímetro. Esa obra hidráulica y la red de canales garantizaba asimismo las cosechas de arroz e impedía los movimientos del suelo debido al contraste entre la estación seca y la húmeda, que socavaban los cimientos de los templos y provocaban hundimientos y colapsos en las estructuras. 

¿RELIGIÓN BUDISTA O HINDUISTA?

El templo es un eje cósmico que evoca al Monte Meru (una montaña mítica, considerada sagrada en varias culturas de asia), que ocupa el centro del universo, en cuyo pico más alto habita Shiva, según la tradición hindú.

¿Por qué su construcción en honor a un dios hindú? Durante siglos, Angkor fue un espacio reservado únicamente al culto, pero en 1186, Jayavarman VII construyó este monasterio con celdas para centenares de monjes. En todo ese tiempo, se construyeron los actuales templos de Angkor y el hinduismo primitivo se enriqueció con otra creencia también procedente de India, el budismo. En el siglo XII, el budismo se implantó como religión principal, tras el abandono final de la ciudad durante la época colonial francesa.

Aunque el budismo es la religión mayoritaria de Camboya, hasta el siglo XIV el país fue esencialmente hinduista. Entre 1975 y 1979, bajo la dictadura jemer, la mayoría de los monjes fueron asesinados y más de tres mil templos fueron dañados o destruidos. A finales de la década de 1980, el budismo recobró el protagonismo y los wats (templos) empezaron a reconstruirse. Uno de los atractivos de Angkor es que la población sigue acudiendo a los santuarios para sus prácticas religiosas, con lo que estos mantienen su función original. 

¿CÓMO DESPLAZARSE?

Para disfrutarlo a plenitud, se requieren tres días de visita con una bicicleta, una moto o un tuk-tuk, siendo esto último casi lo más aconsejable, ya que los conductores hacen de serviciales guías en inglés sin atosigar al cliente

La bicicleta está genial y es la vía más económica (depende del valor de arriendo de la bici), pero el calor y la humedad hacen que sea un sufrimiento más que un placer, además de tener que disponer de más días para visitar toda la zona. El tuk-tuk es el término medio entre valor y comodidad, pues te dará la opción de visitar más cosas con más fresquito. El valor promedio de un día de tour en tuk tuk por todo el recinto oscila entre USD15 y USD30.

Si quieres recomendaciones de esto último puedes contactar con Angkor Wat Tuk Tuk Driver, quienes tienen conductores que hablan inglés. Otra opción es Tuk Tuk Roben, un chico que también habla inglés y cuenta con casi 10 años de experiencia. Como tercera alternativa también está Jin Sojeat o «MJ», de Angkor Wat Tuk Tuk, otro chico que vive en Siem Reap y también realiza salidas cada día. Todos ellos con excelentes comentarios en Trip Advisor. Obviamente una cuarta opción es salir del hotel y pillar al primero que se cruce en el camino, que no es necesario caminar ni 50 metros, pues están por todos lados y clavados en la salida de los hoteles a la caza del turista.

Por último, puedes ir en coche privado, siendo esta la elección más cara, o en moto alquilada. Esta última opción solo recomendable a quien controle algo con una moto, pues algunos caminos no están en las mejores condiciones posibles y los hurtos y sacrificios motorizados te pueden jugar una mala pasada. De cualquier forma, prepárate a transpirar como caníbal en celo.

¿QUÉ HACER?

Lo primero que debes decidir es ¿cuántos días quieres quedarte en la zona?. Puedes comprar pases de uno, tres o siete días. Con un día, teniendo en cuenta el calor insoportable en las horas del mediodía y las grandes distancias entre algunos de los templos, puede que no sea suficiente, pero por otra parte en siete días podrías terminar un poco harto de ver piedras. Si compras la entrada de tres días, las visitas no tienen que ser en días consecutivos, sino que tienes una semana para consumir esos tres días.

La entrada de un día tiene un valor de USD37 por persona, el ticket de tres días cuesta USD62 y por útimo el de 7 días se vende por USD72. Los menores de 12 años no pagan entrada, es gratis. Importante: El punto de venta de «Angkor Enterprise» es el único lugar donde puedes comprar entradas para el Parque Arqueológico. Los boletos comprados en otro lugar no son válidos. La taquilla se encuentra en Circle Apsara Circle (Angkor Kyung Yu) Street 60m, Treang Village, Sangkat Slor Kram, Siem Reap Town, a unos 4 kilómetros del centro de Siem Reap.

El Templo de Angkor (foto anterior) abre sus puertas desde las 05:00 hasta las 17:30, y el Templo Pre Rup desde las 05:00 hasta las 19:00. Son los únicos dos templos que reciben visitantes a esa hora de la mañana, el resto, tienen un horario de visita de 07:30 a 17:30. Hay muchos tours que salen bien temprano para ver el amanecer en el santuario, una experiencia maravillosa que vale la pena apreciar.

El recinto es el único que siempre ha estado habitado al menos por algún monje, y se accede por una pasarela de arenisca con una balaustrada esculpida en forma de naga, la mítica cobra de cinco o siete cabezas.

Después de atravesar el muro por alguna de sus puertas encuentras otra calzada, dos bibliotecas y los restos de dos piscinas. Más allá de las piscinas, se llega a la estructura central del templo, conocida como «Bakan». Diseñado en tres niveles, cada nivel encierra un cuadrado rodeado de galerías vinculadas. El tercer nivel es el más impresionante y, en el momento de la construcción, solo tenía acceso el rey y el sumo sacerdote. Con una altura de 42 metros, ofrece unas vistas increíbles del Parque de Angkor y es arquitectónicamente interesante en sí mismo. Es una subida empinada que se hace por una escalera moderna de metal y madera para evitar el deterioro de la escalera original de piedra. 

Las escaleras en el santuario central (ahora cubiertas por escalones de metal y madera) se supone que son empinadas como un recordatorio de que debes subir hacia el lugar de los dioses de rodillas.

ANGKOR THOM. LA CIUDAD FORTIFICADA.

Considerado por muchos más bello que el propio Templo de Angkor Wat, Angkor Thom fue, desde finales del siglo XII, la capital del imperio Jemer, fundado por el famoso Rey Jayavarman VII. Después de su coronación en 1182 D.C., el rey fortificó su morada con altos muros laterales de doce kilómetros de largo, atravesados por cinco imponentes puertas, conocidas como «Las Puertas de Angkor Thom».

Hay una puerta en cada dirección cardinal, excepto el Este, que tiene dos, donde hay que hacerse la famosa «foto Tomb Raider«. Poseen estructuras de cuatro caras en la parte superior, elefantes celestiales de tres cabezas, dos hileras de dioses y demonios de piedra que sostienen una serpiente a cada lado de la calzada, generando una escena impresionante. En estas cinco puertas que permiten la entrada al recinto aparece también el rostro de Avalokiteshvara a cada lado, observando los confines del imperio.

En su momento fue construida para ser indestructible, después de que el reino de Champa (situado en la parte sur del Vietnam actual) invadiera por sorpresa y saqueara Angkor en 1177. La ciudadela, con alrededor de 900 hectáreas, abre sus puertas entre 07:30 y 17:30 y alberga los restos de la antigua capital, que nos permite hacernos una idea de lo grande que debió ser. De lo que fue Angkor Thom (Gran Ciudad) solo quedan los restos de la muralla fortificada y algunos de los templos más importantes del complejo histórico.

Dicha fortaleza llegó a hospedar un millón de personas, aunque las viviendas han desaparecido. En su interior hay varios templos (especialmente el Templo de Bayon en su centro y el Baphuon), así como el Palacio Real. También es notable la Terraza del Rey Leproso, que supuestamente sirvió de crematorio real, y la Terraza de los Elefantes, una gigantesca plataforma para ceremonias públicas y desfiles.

TEMPLO BAYÓN

Construido bajo el reinado de Jayavarman VII, hacia fines del siglo XII, el Templo Bayón es el corazón de Angkor Thom, ocupa el centro del enclave y sus ricos bajorrelieves representan la vida cotidiana de los jemeres en su época de grandeza, los cuales no tienen nada que envidiar a los de Angkor Wat. En dichos relieves podemos apreciar cómo era el día a día de los habitantes de Angkor. Se considera un reflejo del palacio celeste del dios Indra. Los rostros de Avalokiteshvara mirando a los puntos cardinales transmiten una paz contagiosa, siendo imposible permanecer inmune al embrujo, el misterio y la calidez que desprenden, por lo que también se le conoce como el templo de las sonrisas, llegando a tener hasta 200 rostros felices (sumando el tuyo serían 201).

Las estatuas iluminan enormes rostros serenos, de ojos y cejas oblicuas, que te observan desde los cuatro puntos cardinales de las 54 torres de estilo barroco jemer. Representan tanto a Avalokiteshvara, el buda de la compasión, como a Jayavarman VII, el monarca que reinó entre 1181 y 1220 y que mandó a construir la ciudadela de Angkor Thom, en la que se incluye Bayón, un maravilloso lugar en este mar de arenisca plagado de enigmas, historia y religiosidad.

TEMPLO TA PROHM

Los árboles esponjosos o «fromagers», han invadido este templo erigido a finales del siglo XII bajo el reino de Jayavarman VII. Su nombre original era «Rajavihara», el monasterio real. Famoso también por ser el lugar con mayor número de escenas filmadas de la cinta «Tomb Raider». El templo alberga un conjunto de galerías concéntricas con torres, edificios y recintos adicionales. Los arqueólogos decidieron respetar los árboles que crecían sobre el único monasterio de Angkor, por tanto, en este lugar, la selva se comió la arquitectura, literalmente.

Su estado de conservación proporciona a los visitantes una visión romántica de las ruinas. Pero, para evitar daños al monumento y garantizar la seguridad, se han llevado a cabo algunos trabajos de consolidación y restauración. Aparte de los árboles que se aferran al templo, no te pierdas la visita al Salón de los Bailarines, que posee bonitos frontones e imágenes budistas.

PIRÁMIDE ESCALONADA DE BAPHUON

Construida en el siglo XI en honor a Shiva, se compone de una montaña de tres niveles con 43 metros de altura, una longitud de 120 metros de este a oeste, 100 metros de norte a sur y más de 10 recámaras en su base, ofreciendo una excelente panorámica de la zona. Con la llegada del budismo en el siglo XV se construyó un buda reclinado de 60 metros de largo en su parte trasera, casi imposible de vislumbrar por su tamaño y por estar construido de la misma piedra que el templo, el cual ilustra el nirvana final de Buda en el momento de morir. Chou Ta-Kuan, enviado del Emperador Chengzong de la Dinastía Yuan de China, realizó una visita entre los años 1296 y 1297 y quedó impresionado con este lugar, al cual denominó una verdadera «Torre de Bronce».

El templo es famoso por sus bajorrelieves narrativos con escenas del Ramayana, un texto del siglo III A.C. atribuido a Vālmīki, que forma parte de los textos sagrados smṛti, y del Mahabharata, así como de la vida de Krishna, uno de los más importantes Héroes del Clan Yadu, considerado una encarnación del Dios Vishnú de la India.

Angkor 1889. Lucien Fournereau

El arquitecto francés Lucien Fournereau realizó una reconstrucción de este santuario en 1889 con pluma y acuarela, recolectando inscripciones y fotografías para elaborar moldes estructurales que tendrían como destino el Palacio del Trocadero, un edificio parisino de inspiración árabe y bizantina que albergó numerosas exposiciones hasta 1937.

El templo fue construido en un terreno lleno de arena, y debido a su gran tamaño fue muy inestable a lo largo de su historia. En el siglo XX, gran parte del recinto se había derrumbado y desde entonces, los esfuerzos de restauración resultaron problemáticos. Una primera reconstrucción fue iniciada en 1960 pero sería interrumpida por la llegada al poder de los jemeres rojos, y con ello, se perdieron los registros de las posiciones de las piedras. Se realizó un segundo intento en 1995 por un equipo de arqueólogos franceses que duraría unos 10 años, restringiendo el acceso de los visitantes. A partir de noviembre de 2010, se permitió nuevamente el acceso parcial, aunque no a la estructura central. En abril de 2011, después de 51 años, los arqueólogos finalmente terminaron la restauración del templo. El rey Norodom Sihamoni de Camboya y el Primer Ministro Francois Fillon de Francia estuvieron entre los visitantes que observaron el templo renovado por primera vez, durante la ceremonia de inauguración el 3 de julio de 2011.

TEMPLO PRE RUP

Construido en el año 961 D.C., el Templo Pre Rup se ubica relativamente cerca de Angkor Wat y se cree que fue el crematorio real. El recinto abre sus puertas entre 05:00 y 19:00 y se recomienda visitarlo al atardecer, cuando el sol ilumina los campos de arroz circundantes. Posee además una base piramidal, cinco enormes santuarios de ladrillos en la planta baja, doce santuarios en el segundo nivel de la pirámide, cinco torres en el piso superior y nos ofrece también unas increibles vistas de todo el complejo desde su parte más alta.

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